Por: Mauro Luis Pelozatto Reilly (*)
LINK: https://www.academia.edu/27740058/Historia_de_nuestra_aldea_El_fen%C3%B3meno_de_agregaci%C3%B3n_rural_en_La_Matanza_colonial_en_Diario_NCO_12_de_agosto_de_2016
Tanto en Buenos Aires como en La
Matanza, la tendencia era a una marcada superioridad numérica de las familias
que no eran dueños de las tierras que ocupaban. Y en una economía
fundamentalmente rural, dentro de la cual la producción y comercialización del
trigo, la carne y los cueros eran las actividades centrales, el acceso a la
tierra y al ganado eran vitales para todos los grupos sociales de la campaña.
En pocas palabras, era necesario acceder de alguna u otra forma a la
explotación de la tierra.
Como se ha manifestado, no todos
accedían a dicho recurso indispensable de la misma manera. Uno de los
mecanismos que permitía a los pequeños pastores y labradores tomar posesión de alguna
parcela para poder criar animales o dedicarse a la labranza fue la agregación.
La misma consistía básicamente en la relación que se entablaba entre el
propietario (que podía ser un estanciero o bien un chacarero) y el campesino (o
familia) que no tenía tierras propias y necesitaba producir alimentos para el
consumo del grupo familiar y excedentes para los mercados coloniales. A cambio
del usufructo del fundo, el dependiente se comprometía a pagar una renta al
terrateniente, la cual se pagaba generalmente en prestaciones personales de
trabajo en las tierras del dueño.
En cuanto a las actividades
desempeñadas por estos agregados o arrimados (en las fuentes aparecen bajo
alguna de estas denominaciones), las mismas eran múltiples, siguiendo el
carácter de la economía rural. Se los podía encontrar sembrando, cosechando,
desollando animales, domando potros salvajes, marcando y recogiendo vacunos
alzados, trabajando en los hornos de ladrillo, o castrando los caballos
utilizados en la cría de mulas, entre otras cosas que pudieran surgir. A su
vez, vale la pena destacar que se complementaban dentro de los establecimientos
productivos con los peones asalariados, los jornaleros y los esclavos.
Un rasgo importante es que estos
agregados solían ser, en algunos momentos del año, peones conchabados, sobre
todo cuando las chacras demandaban muchos brazos en tiempos de cosechas
(pagando más que las estancias y para colmo en plata, cuando por lo general los
trabajadores cobraban mayoritariamente en especie, es decir, productos
agrarios). Por otra parte, no faltaban aquellos que también fueron productores
independientes, y que a su vez llegaron a poseer varias cabezas de ganado, a
contratar peones y a tener algunos pocos esclavos como mano de obra más
permanente.
Desde el punto de vista social, los
agregados eran campesinos provenientes de distintas partes del Río de la Plata
(de los otros pagos y partidos bonaerenses, Corrientes, Santa Fe, etc.) y otras
regiones del Virreinato del Perú, como el Paraguay, Córdoba, Tucumán, Cuyo,
Santiago del Estero, Chile y Potosí, entre otros puntos. También había entre
ellos españoles y portugueses, y una minoría proveniente de otros estados
europeos. No era una cuestión de género, y por lo tanto los había hombres y
mujeres, y de todas las edades. Otra situación muy difundida era la agregación
de parientes, principalmente hijos, cuñados, hermanos y suegros del
propietario. En cuanto a lo étnico, tampoco había demasiados prejuicios a la
hora de tomar trabajadores como agregados, ya que se pueden encontrar como
tales a indios, negros, mulatos, libertos, mestizos, pardos, españoles
peninsulares y criollos.
Si bien no hay testimonios que
sostengan la existencia de salarios para este tipo de trabajadores, los mismos
tenían acceso a los pagos en ropa, alimentos y hasta plata durante los momentos
que funcionaban como conchabados o jornaleros. Solían vivir en cuartos,
pequeñas casas o ranchos de poco valor dentro de los límites de las chacras y
estancias del lugar. Muy rara vez se encontraría a alguno con casa techada con
tejas, símbolo de cierta distinción socioeconómica, o en viviendas grandes y
adornadas. En definitiva, se trataba de campesinos más bien humildes.
En lo productivo, como ya se ha
mencionado, no podemos hablar de pastores o labradores, sino más bien de
pastores-labradores, entendidos como productos mixtos que intentaban no
solamente sobrevivir y alimentar a los miembros de su núcleo familiar, sino
también conseguir excedentes que les permitieran insertarse en los distintos
mercados coloniales (abasto de sebo, grasa y carne local, envíos de animales en
pie hacia otras regiones, y producción de cueros que terminaban en las ciudades
de Europa).
Los agregados solían vivir en ranchos y dedicarse a la producción para
distintos mercados.
Referencias
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(*) Historiador y docente
universitario.
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